Buenos Aires nació y se desarrolló en íntima relación con su rol de puerto, el cual se convertiría con el transcurso del tiempo en punto de concentración comercial y de vías de comunicación.
En 1536 Pedro de Mendoza realiza la primera fundación del Puerto de Nuestra Señora del Buen Ayre. En 1580 Juan de Garay realizó una segunda fundación bajo el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires.
Desde sus inicios, las embarcaciones que arribaban a la ciudad fondeaban sus naves a considerable distancia de la costa en las amplias payas naturales que ofrecía el estuario del Río de la Plata. Desde allí, en barcazas y carretas se hacía el traslado de las mercaderías hasta la costa.
Ya entrado el siglo XIX la necesidad de contar con un muelle y una estructura portuaria que sirviese de control se hicieron imprescindibles. Los primeros proyectos para la construcción de un puerto para Buenos Aires datan de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
Desde entonces se sucedieron los planes para reinsertar Puerto Madero al tejido urbano. Su ubicación vecina a la zona céntrica, lo extenso del área y su conexión con el paseo ribereño, lo hacían apropiado tanto para la instalación de actividades comerciales y administrativas, como espacio de extensión recreativa. Diversas circunstancias trabaron la materialización de su desarrollo.
En noviembre de 1989, mediante un convenio entre el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, se creó la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A., transfiriéndole el dominio del área y confiriéndole el poder para llevar adelante su desarrollo urbano. Su gestión hizo posible la recuperación de esta estratégica zona, representando por su envergadura y repercusión, el desarrollo urbano de mayor importancia emprendido en Buenos Aires, con trascendencia internacional.
PUENTE DE LA MUJER
Obra del arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava de origen valenciano, este puente peatonal giratorio ha marcado un nuevo perfil en la ciudad en la exclusiva zona de Puerto Madero, uniendo ambos frentes que han ido extendiendo la ciudad hacia el Río de la Plata. La obra fue íntegramente realizada en España y fue donada a la ciudad por el empresario Alberto González. El puente mide 160 m de largo por 5 m de ancho con un brazo metálico de 39 m de altura que se observa desde diversos puntos de la zona. De características modernistas, y de gran belleza plástica, la obra plasma la imagen de una pareja bailando un tango. La mujer está representada por la silueta curva del puente y la del hombre por el mástil blanco que se erige a lo alto. Posee un mecanismo giratorio único en el mundo comandado por una computadora, que permite moverse y rotar cada vez que pasa una embarcación.
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